¿SOMOS BIPOLARES?
Aquí va una reflexión de esas que suelo hacer sobre la vida y los viajes. Es lo que tiene ir de copiloto ¡me da por pensar!
Después de varios años trabajando en verano y viajando en invierno nos hemos dado cuenta de que siempre nos pasa lo mismo y que esta situación por un tiempo está genial, pero al final no es tan ideal como parece. ¿Qué nos pasa? pues que estamos empezando a desarrollar bipolaridad y no sabemos conciliar entre lo que quiere nuestra mente y nuestro corazón.
Cuando estamos de viaje nos sentimos pletóricos, llenos y felices, nos gusta estar en la ruta y vivir con lo mínimo. Disfrutamos con la aventura diaria y con dormir en la tienda de campaña. Pero al final siempre tenemos que volver, el dinero/tiempo se va terminando y en algún momento hay que regresar, y suele ser en Marzo/Abril para aprovechar la temporada de trabajo en la isla. Así que volvemos siempre a regañadientes porque «hay que trabajar» aunque también volvemos a disfrutar de un hogar, un sitio fijo, el mar mediterráneo, el calor, los amigos, la familia, el perro…
Al poco de estar aquí el trabajo y la rutina nos tiene tan absorbidos que apenas tenemos un vago recuerdo de la vida en la ruta, el viaje empieza a parecer un sueño que ya pasó y tienes que hacer un esfuerzo por recordarlo. Por momentos miro atrás y alucino con los viajes que hemos hecho, como si no hubiera sido yo la que estaba de copiloto atravesando los Andes a 5.000 msnm. Entonces vuelven a pasar los meses y ya estamos quemados del trabajo, el calor, los turistas y empezamos a pensar en el próximo viaje, dónde iremos, cómo, cuándo, en moto, en autocaravana… y empiezas a pensar, «venga nos merecemos otro viaje, estamos trabajando mucho».
Peeeeeeero, por otro lado, resulta que en estos meses de vida cotidiana has ido escuchando frases que se te quedan en el subconsciente y afloran como el diablillo que se te posa en el hombro: «es momento de comprar una casa», «se te va a pasar el arroz», «pagar un alquiler es tirar el dinero, es momento de comprar» ¡y no sólo eso! tus amigos están casados, y ahora también con hijos, ¡ya sólo faltas tú! Eres el último en establecerte, ¡todavía no tienes «nada»! no tienes casa, ni hijos, ni trabajo estable. Y empiezas a pensar «bueno no estaría mal tener una casita propia», «mejor buscar los hijos ahora no sea que luego no pueda», «¿y si ampliamos el negocio? es momento de crecer». Y todo este ruido externo no te deja escuchar tu voz interior.
Entonces aparece el angelito en el otro hombro «pero tienes libertad» «no debes nada a nadie», «dispones de tiempo en invierno», «¡puedes hacer lo que quieras!»
Y así nos pasamos los dias, un dia queremos una casa propia, un lugar al que siempre volver, total si nos vamos de viaje podemos alquilarla ¿no? (considero con suerte a los viajeros que tienen su casa alquilada y cada mes les entra un dinerillo o los que van pagando la hipoteca con el alquiler porque cuando vuelvan de viaje tendrán su hogar esperándoles) pero otro día decimos, ¿una hipoteca? ¿y cómo la pagamos los meses que no hay trabajo? ¿más trabajo, si ya nos basta con los que tenemos?
Y es que al movernos entre dos estilos de vida nunca llegamos a tener uno al 100%, no somos viajeros permanentes, cosa que a veces nos apetece, pero tampoco nos atrevemos a progresar en el negocio o hipotecarnos y formar un hogar, una familia. Creo que tenerlo todo es complicado y no sabemos cual de las dos opciones nos apetece más ¡ya que nos apetecen ambas! Tendremos que seguir buscando la manera… de momento aquí estamos, trabajando mucho y inevitablemente pensando en futuros viajes (y casa, y hijos).
Y vosotros, ¿Habéis encontrado la forma de compaginar vida/viajes/felicidad?

Viaje en moto por el salar de Uyuni en Bolivia
Alvaro Vasquez Ramirez.
No es un consejo, es un comentario.
Yo trabajé muy duro 25 años, para luego irme a recorrer Suramérica unos años, por lo menos 5 … en una caravana montada en un Iveco Daily 4×4, vendía todo, montaba un negocio en Suramerica, lo dejaba funcionando para tener ingresos y a vivir el sueño.
La crisis Española… lo perdí todo, todo.
Soy un aventurero… en todos esos años también viajé, viví, cada día a tope de emociones, incluso en el trabajo.
Estoy empezando de nuevo en colombia…
Tal vez exista el término medio… una casa sencilla, muy sencilla… alquilarla en los inviernos a extranjeros… ten en cuenta tus sueños pero guarda un poco para épocas duras, más duras… no dejes nunca de viajar… interioriza lo que ves, integralo a tu alma, y así no lo olvidarás nunca.
Suerte.
Alvaro.
viajerosenmoto2014
Álvaro muchas gracias por contarnos tu experiencia de verdad. Tienes mucha razón y sabiduría en tus palabras, el término medio también es bueno, no tiene por qué ser todo blanco o negro, lo importante, como tú dices es vivir con pasión cada día, sea trabajando o viajando, al fin y al cabo las experiencias es lo que nos quedamos. Gracias! Un abrazo